LA MOJONERA 2018. UNA TRADICIÓN ANCESTRAL DE BRAÑOSERA Y EL VALLE DE LOS REDONDOS

DIA DEL RECORRIDO DE LA MOJONERA

Es una tradición muy antigua. EI recorrido se hace cada nueve años. Los Municipios del norte de Palencia, de Brañoserá y del Valle de Redondo todavía la conservan. Es un día de fiesta inolvidable y anhelado por todos los vecinos de estos lugares. Las nuevas y menos nuevas generaciones de Brañosera y del Valle de Redondo (San Juan de Redondo y Santa María de Redondo) se reúnen en el día señalado por común acuerdo de las Juntas Vecinales de Brañosera y los Redondos.

El recorrido de la Mojonera es una vieja costumbre que tiene un doble fin. Por un lado ratificar las fronteras entre ambos municipios y por otra manifestar que esta separación significa una unión amistosa y fraternal.

La Sierra , está invadida por un elevado número de mojones, de distinta forma y tamaño que son los que separan los territorios de cada municipio. Es frecuente, que los animales de pasto, invadan el territorio vecino; por eso es necesario que periódicamente se verifiquen los límites y se respeten los derechos del vecino. Desde un principio estos límites se revisan cada nueve años por las autoridades de los pueblos interesados y el Sr. Notario de Cervera de Pisuerga, levanta el acta. Al Sr. Notario le pagan los honorarios alternativamente ambos municipios.

            Cada municipio,  solía llevar a recorrer las cruces y mojones a niños de lO a 12 años para preparar la sucesión. Tres generaciones recorrían las cruces: mayores, mozos y niños. Actualmente siguen acudiendo los alcaldes, el Notario y varios representantes de cada pueblo. También participan un número variable de vecinos.

            Los mojones se van buscando al mismo tiempo que el Sr. Notario va leyendo el Acta hasta identificar a todos.

Finalizado el recorrido anota las modificaciones que hayan podido sufrir a lo largo de los 9 últimos años, lo firma juntamente con los representantes elegidos ese año y entrega una copia del acta a cada uno de los municipios Terminado esto, los asistentes. Instalados cada cual en su territorio, pero cercanos unos de otros, preparan la comida y la consumen cada uno en su terreno.

Luego viene la hora del »brindis» y de la confraternización. Este brindis se hace haciendo uso de unas copas de platal de estilo románico. Es la hora de la convivencia y de la fraternidad.

Las Copas de Brañosera están hechas de modo que se pueda beber por dos lados. Los hombres solían beber por la cara su1perior y las mujeres por la cara inferior o culo.

Terminado el «brindis» se reúnen en uno de los territorios, se

baila y se canta hasta bien entrada la tarde. Cuando aparece el «fresco» se retira cada cual a su pueblo. El Último recorrido se hizo en el mes de septiembre del año

1991,POT tanto todos los que quieran participar en el próximo encuentro, podrán hacerlo en septiembre del año 2000.

LA MOJONERA 2.009

El sábado 5 de septiembre tuvo lugar la celebración de LA MOJONERA. Vamos a recordar de dónde procede esta antigua costumbre.

Esta tradición surge a partir de un pleito entre los vecinos del Valle de Redondo (Santa María y San Juan) y los de Brañosera.

El origen del conflicto fue el uso de los pastos de Covarrés y Sel de la Fuente. Ya en 1.399 hubo una sentencia que dictaba que las cabañas ganaderas de Redondo podían pacer de sol a sol en Sel de la Fuente y en Covarrés y que las cabañas de Brañosera podían pacer en término de Redondo de sol a sol. Al anochecer el ganado debía volver a su territorio de no ser así podían prendarse las vacas. La sentencia obligaba a Redondo a que cada año en el Corpus, debía ceder una cántara de vino a Brañosera y quedando claro que Redondo no tenía señorío ni jurisdicción en los territorios en litigio, salvo los pastos.


A indicaciones del acta notarial, buscamos los 13 mojones de la mojonera alta.


El pleito entre Brañosera y el Valle de Redondo se reabre en septiembre de 1575, como consecuencia de reses prendadas en Sel de la Fuente y Covarrés por ambos pueblos. Esto provoca el nombramiento de procuradores de ambos concejos que realizarán una carta de compromiso. La escritura se hace en Herreruela, situado a la misma distancia de Redondo y Brañosera, el 19 de septiembre de 1.575.

En la pradera los grupos de amigos y la música alegraban la fiesta.

La sentencia se dicta el 12 de octubre de 1.575 y en ella se delimita mediante mojones los términos que corresponden a Redondo y a Brañosera. Además, declara que el concejo de Redondo tendrá osadía, servidumbre y aprovechamiento de pacer en el término de Sel de la Fuente con su cabaña de vacas y yeguas propias y no foráneas en todo el tiempo del año de día, de sol a sol. De noche, tendrán que retirarse a dormir a las majadas de su término.

En los mojones se procede a leer las indicaciones que nos llevarán al siguiente. Uno de ellos es el torreón de Valdecebollas.

Igualmente declaran que Brañosera tendrá osadía, servidumbre y aprovechamiento para pacer en los términos de Redondo de día, de sol a sol, en donde dicen Entrepeñas con su cabaña de ganado propio y foráneo.

Después de encontrar y revisar los mojones, las autoridades de ambos concejos sellan el acuerdo con un brindis.

Por otro lado y de acuerdo a la sentencia de 1.399, el concejo de Redondo es condenado para siempre jamás, a pagar y llevar una cántara de vino tinto de lo mejor que hubiere en el valle de Redondo o el precio de ella como valiere el día del Corpus Christi al mayor precio atabernado, bajo la pena de dos azumbres de vino por cada día de retraso, y si así fuera se les pueden prendar sus ganados en Sel de la Fuente.

Los pueblos litigantes obsequian a todos los asistentes con una buena comida en cantidad y en calidad.

Finalmente, también mandan que se guarden los mojones, límites, servidumbre y osadías declarados y que los mojones y las señales se hagan más claras; en cada peña y mojón que pongan se haga una cruz que signifique y aclare lo dicho de la comunidad y osadía que entre ellos hay.

Es debido a esta parte de la sentencia, que cada nueve años y en el noveno mes, los vecinos de diferentes edades (este año cuatro mayores de edad y dos menores) de Redondo y Brañosera localizan los mojones y remarcan las señales delante de testigos nombrados y del notario (o su representante, como en la reciente mojonera).

Finalmente se sellaba el acuerdo con un brindis de vino entre ambos concejos servido en copas de plata. Éste tenía lugar en las proximidades del Sel de la Fuente y Covarrés. Cada pueblo tiene sus propias copas de plata, entre ellas destacan las de Santa María de Redondo pues existen referencias a ellas en documentos desde 1.559.


Un gran día de campo donde el buen ambiente ha sido el protagonista. con una suculenta comida en comunidad, a cargo de los dos concejos, que nos obsequiaron hasta con café, copa y puro; regresamos a nuestros lugares de origen satisfechos de haber sido testigos de esta antigua tradición.

La Mojonera año 2000

En el valle de los Redondos existe una curiosa tradición que se remonta muchos años atrás y que se conoce popularmente como «MOJONERA».

Mojonera, significa el lugar donde se colocan los «mojones» o «apeos», éstos son generalmente piedras llamativas o colocadas de determinada forma, que delimitan los términos de cada pueblo.  Éste es el objetivo de esta tradición, reunir a representantes de cada municipio (antes eran dos personas por casa) con intereses en el valle, es decir: Santa María de Redondo, San Juan de Redondo, Brañosera y Celada de Roblecedo; para subir a la sierra y comprobar que los límites entre los distintos términos son los correctos y que los mojones siguen en el lugar adecuado. El día a celebrar se acuerda entre el alcalde de Brañosera y los Presidentes de las Juntas Vecinales de San Juan de Redondo y Santa María de Redondo. 

Esta celebración se realiza una vez cada nueve años a principios del mes de septiembre. Nosotros fuimos testigos de la última que se celebró, el 2 de septiembre del año 2.000. Al parecer existen referencias escritas de esta costumbre desde el año 1.850, aunque la tradición oral lo remonta a más de 300 años.

El origen de este evento fue un pleito que se dio entre Brañosera y Redondo sobre la titularidad de todo el terreno conocido como Sel de la Fuente, para su explotación ganadera. El conflicto al parecer fue ganado por los de Brañosera, pero en el acuerdo se contemplaba que las vacas de Redondo pudieran pastar durante el día en todo el glaciar, pero al llegar la noche deberían regresar a territorio de Redondo; igualmente las vacas de Brañosera podían pastar hasta la misma cueva del Cobre, pero sólo durante el día. Las causas de este desacuerdo parece se remonta al Fuero que el conde Munio Nuñez y su esposa Argilio otorgan a los habitantes de Brañosera en el año 824.

El punto de reunión es una explanada conocida como Caovarres, junto al sumidero del Sel de la Fuente, próximo al Valdecebollas al que algunos atribuyen el verdadero nacimiento del río Pisuerga, aunque el nacimiento oficial está un poco más abajo en la Cueva del Cobre donde renacen las aguas que darán origen a este popular río palentino.

Allí se dieron cita gentes de los pueblos arriba citados, unos venían a caballo, otros andando desde los pueblos, otros e tractor hasta donde se podía etc. Y todos cargados con los pertrechos para una reunión de esas características, comida abundante, cacharros de cocina, incluso bombonas de las naranjas eran traídas a hombros de los duros serranos, además de garrafones de vino, pues el sagrado líquido no podía faltar.

Una vez reunidos todos en el lugar indicado y hechas las peticiones formales por parte del representante de Redondo al alcalde de Brañosera para establecerse en el lugar de su jurisdicción; empieza el momento clave de la reunión, el recorrido de los mojones, para ello el notario venido expresamente para la ocasión, lee en alto el acta de la mojonera anterior donde en un lenguaje casi medieval, se sitúan los mojones; seguidamente los jóvenes del pueblo corren por el monte siguiendo las indicaciones y el primero que lo encuentra grita su hallazgo y toda la comitiva con los alcaldes y el cansado notario al frente se dirige a certificar la autenticidad y buena situación del mojón comprobando los signos marcados en la piedra, generalmente cruces y las iniciales de los pueblos, que se proceden inmediatamente a limpiar y remarcar.

Así se va recorriendo la sierra, hasta la cumbre del Valdecebollas cuya cima es otro mojón que hubo que comprobar. En total el número de mojones que se debían encontrar era de 13. Con lo que estuvimos largo rato entretenidos entre carreras, subidas y bajadas.

Finalmente una vez que todo había quedado comprobado, regresamos al lugar de reunión donde los de Redondo por un lado y los de Brañosera por otro, ya tenían preparada una buena comida, de esas que sólo los habitantes de este valle pueden preparar, con ingredientes de primera pues los animales aquí criados son auténticos manjares pues sólo pastos naturales forman parte de su dieta.

Allí en paz y armonía, entre cánticos y viejas historias contadas por los mayores del lugar que a pesar de la dificultad del camino habían llegado sin apenas esfuerzo, dando una auténtica lección y ejemplo a los más jóvenes, comimos, bebimos y bailamos alegremente.

Al final de la comida, los de Brañosera que habían comido separadamente ofrecen en unas hermosas copas de plata a los presidentes de Santa María y San Juan de Redondo y después a todos los vecinos de Redondo que quisieran. Seguidamente se repite el ceremonial con las copas de Redondo hacia los vecinos de Brañosera, así todos contentos proceden a firmar el acta oficial de la reunión

 Es la guinda de una muy agradable mañana en contacto con la naturaleza y la tradición de estos singulares pueblos de la Montaña Palentina.