Iglesia de Santa Eulalia

Está construida con sillería de arenisca rojiza de procedencia local (la típica piedra de Brañosera). Aunque fue volada en los sucesos revolucionarios de Octubre de 1934, aún se conservan varios restos románicos: La antigua portada, situada a la derecha del acceso actual. En ella destacan: El tejado que la corona, sostenido por siete canecillos decorados. La cornisa cuyo motivo ornamental es propio de los escultores de Rebolledo de la Torre. Las columnas sobre las que se apoya la arquivolta que llevan capiteles zoomórficos: El de la izquierda representa la lucha entre un centauro que tensa un arco y un dragón. En el de la derecha se aprecian dos leones afrontados.

Un ventanal de medio punto sobre la portada con arquivolta decorada en motivos vegetales.

Y capiteles también decorados:

  • El de la izquierda con dos leones afrontados.
  • Y el de la derecha con hojas estilizadas.

La espadaña, típica de la comarca, con doble vano de medio punto.

Y en el interior, la pila bautismal decorada con motivos vegetales.


Estudio sobre la Iglesia de Santa Eulalia

Existe en el municipio una gran tradición de cantería, debido sobre todo a la existencia de un tipo de piedra especial, rojiza y de gran calidad que toma nombre del pueblo: piedra brañosera y que todavía es explotada, solo hay que mirar muchas de las casas de la zona para ver lo espléndido de su construcción.

La iglesia es de principios de siglo XII, según documentación encontrada en la red, fue consagrada en el 1118 por el obispo don Pascual, que lo era de Burgos. Tiene una sola nave y en su interior guarda una valiosa pila bautismal de la época y decorada con motivos vegetales y geométricos. Esta que vemos es la portada Sur, ahora tapiada, tiene cuatro archivoltas, la tercera decorada con motivos vegetales.

Traigo la iglesia aquí a colación debido a que tengo fotos de los canecillos del tejaroz. El resto de la iglesia presenta canecillos lisos, no sé si es que se han perdido y los han sustituido por estos o es que originalmente era as. Pero sobretodo me interesa mostrar tres fotos de tres marcas de cantero grandes y especiales que hice cuando estuve allí.

Siete son los canecillos del tejaroz , helos:

Canecillos del tejaroz

Estos son lo motivos geométrico-florales que adornan las piedras del alero del tejaroz.

El quinto parece un león, lo digo por la forma de la cola y por las uñas, bastante marcadas como para indicar su fiereza. El sexto tripartito y floral, un amigo mío diría que es una mujer. Y el séptimo floral y serpentario.

Marcas de cantero

Marcas de cantero

Son tres las que encontré en la iglesia, no sé si se corresponderán con tres canteros distintos, aunque lo dudo, por la uniformidad de la decoración de la iglesia.
La de la izquierda se encuentra en la fachada Oeste a una altura de unos cuatro metros; parece una piedra. ¿Será la materia prima?.

La de la derecha está en la fachada Sur a una altura un poco menor y es un cordón que se entrecruza en el espacio como un nudo, quizás lo sea. Si se sigue el cabo se puede seguir totalmente hasta el final. Habrá que desenredarlo. Puede parecer tambien una serpiente enrollada.

Las dos están profundamente talladas en la piedra y su tamaño, como se ve, es considerable, aproximadamente unos 25 centímetros de eje mayor. No pasando desapercibidas fácilmente.

Esta última marca son seis círculos dobles que se entrecruzan.
Está en la fachada sur, a la izquierda de la portada y apenas a un metro del suelo. Su tamaño es aún mayor que las precedentes, más de cuarenta centímetros de diámetro. Me he esforzado en encontrarle alguna explicación, debido a su belleza, y lo más parecido que he encontrado es esta ilustración de la derecha, que corresponde al libro Liber Floridus de Lambertus de Saint-Omer, hacia 1.120, que ilustra el tiempo cósmico tal y como lo concebían en aquella época los eruditos. Me explico: según los cánones
medievales el año cósmico tenía 15.000 años solares y «…llega a su termino cuando todos los astros han regresado a un punto determinado». Ya Platón, en su Política, menciona el año perfecto de los antiguos, cuando los planetas regresan al punto inicial de partida. Según cálculos actuales es de unos 25.868 años, tiempo que necesita el punto primaveral para recorrer todos los signos del zodiaco.

Lambertus explica que los cinco primeros ciclos, desde Adán hasta Jesucristo estaban bajo el signo de Lucifer, mientras que el actual está bajo el reino de Cristo.
No sé si se corresponderá con la intención del Maestro Cantero esa explicación, pero no está mal, a mi entender.